Me permito
trasladar un artículo compartido por "Para Jugar y Crecer - Consultorio
psicológico" en FaceBook.
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=557856430936768&set=a.218756248180123.71532.161249497264132&type=1&theater
Desafortunadamente
resulta complejo, cuando se está dentro del círculo, entender que en ocasiones
cuanto más se da menos se alcanza. Y es fácil preguntase: ¿Qué más puedo hacer?
Si ya se lo he dado todo pero... nunca es suficiente. Resulta frustrante ya que
siempre existe una deuda contraída que jamás se alcanzara a pagar.
Se
necesita un interventor externo que, a preguntas cerradas, pueda ayudar a
entender el alcance de la situación. Que pueda aportar esa visión que solo la
distancia muestra, que no sea empático sino totalmente objetivo.
Esa
persona deberá aportar luz y colocar a cada uno en su sitio: Enseñara al tutor
poner límites (muy probablemente cerrar el grifo indefinidamente) y le ayudara
a sobrellevar el sentimiento de culpa que se crea cuando se deniega una ayuda
reclamada, suplicada e incluso exigida pero que socaba cada día mas la capacidad
del receptor: y colaborara en la reeducación a la persona anulada permitiéndole
construir un entorno sostenible.
Pero...
¿es eso posible o a partir de cierta edad el individuo ha quedado anulado para
siempre? ¿Puede alguien ser reeducado pasados los 20? ¿O los 30? ¿O los 40
años? ¿Cuándo la vida ya le ha mostrado en varias ocasiones su cara más
fea?
He
tenido la oportunidad de constatarlo muy de cerca y creo que hay un punto de
"no retorno" pero me gustaría conocer vuestra opinión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario